Imagina si solo quedaran dos estaciones en las zonas templadas: una interminable temporada de lluvias y una estación seca. El clima, tal como lo conocemos, sería completamente diferente. En lugar de las cuatro estaciones familiares –primavera, verano, otoño e invierno– solo tendríamos dos extremos. ¿Pero qué significaría eso para nuestra vida cotidiana? Echemos un vistazo más de cerca a esta situación hipotética, inspirándonos un poco en la canción “Two Seasons Remain”.
La temporada de lluvias: Ciudad de gotas
«Dos estaciones quedan
La lluvia empieza a caer
Convirtiendo nuestra ciudad en un lago
Mírala rugir (rugir, sí)
Corremos y pedaleamos entre charcos en la calle
Vestidos como buceadores
Atrapados en el ritmo
Tan dulce.”*
En este nuevo mundo, la temporada de lluvias sería omnipresente e intensa. Las ciudades y los pueblos se transformarían en verdaderas “Ciudades de gotas”. Las inundaciones serían algo habitual, las calles se convertirían en ríos y el paisaje estaría en constante cambio. Tendríamos que adaptar significativamente nuestra infraestructura: casas sobre pilotes, sistemas de drenaje ampliados y transporte flotante podrían volverse la norma.
La letra de la canción capta perfectamente el ambiente: “Corremos y pedaleamos entre charcos en la calle, vestidos como buceadores.” La vida diaria giraría en torno a la lluvia. La ropa impermeable no sería solo un accesorio de moda, sino una necesidad. Deportes como correr o andar en bicicleta se practicarían en condiciones húmedas, y aprenderíamos a integrar la lluvia en nuestras rutinas diarias.
La vida cotidiana en la temporada de lluvias
«Desayuno y escuela
Es nuestra rutina diaria
Zapatos empapados
Pero siempre estamos con ánimo
Las gotas en nuestras caras
Se sienten como pura felicidad
En la Ciudad de gotas
Encontramos alegría en la neblina (sí).”
La lluvia sería tan constante que dictaría nuestras vidas. Los niños irían a la escuela con zapatos mojados, y sería normal desayunar bajo una ligera llovizna. Sin embargo, en lugar de dejarnos desanimar, aprenderíamos a disfrutar la lluvia. La gente abrazaría la lluvia como parte de su identidad, encontrando alegría en saltar en charcos y sintiendo el ritmo de las gotas de lluvia.
![Llevé un mono impermeable para ir a la escuela. (Imagen: AI)](https://es.wellies.blog/wp-content/uploads/sites/4/2024/12/wellies-blog_raindrop-city-01.webp)
La estación seca: Un contraste
Después de una larga temporada de lluvias, la estación seca presentaría un cambio drástico. El paisaje se secaría y la escasez de agua podría convertirse en un problema serio. La agricultura y el suministro de agua necesitarían ser bien planificados y ajustados para sobrevivir la transición. Durante la estación seca, la naturaleza se recuperaría de las tormentas, y tendríamos que lidiar con el calor y el polvo.
Adaptación y alegría
«Chapoteando en charcos
Bailamos con alegría
Días lluviosos
Nos traen tanta armonía (ooh, sí)
Atrapamos el ritmo
Como una sinfonía
En la Ciudad de gotas
Donde la lluvia nos libera (nos libera).”
Las personas son increíblemente adaptables. Incluso en un mundo con solo dos estaciones, encontraríamos maneras de dominar estos extremos y ajustar nuestras vidas en consecuencia. La canción “Two Seasons Remain” describe la alegría que encontramos en las pequeñas cosas, como bailar en charcos y la armonía de los días lluviosos.
En general, un mundo con solo dos estaciones traería cambios y desafíos significativos. Pero, como nos muestra la canción, siempre hay formas de encontrar alegría y armonía, incluso cuando el clima nos somete a condiciones extremas. La humanidad aprendería a vivir en esta nueva realidad y, tal vez, desarrollaríamos nuevas tradiciones y rutinas que celebren nuestra adaptabilidad e ingenio.
![No hay problema con los derrames, la ropa no solo es repelente al agua, sino que también es lavable. (Foto: IA)](https://es.wellies.blog/wp-content/uploads/sites/4/2024/12/wellies-blog_raindrop-city-02.webp)