En Guatemala, las plantaciones industriales de árboles de caucho se han expandido silenciosamente, afectando significativamente tanto al medio ambiente como a las comunidades locales. Desde la década de 1940, estas plantaciones crecieron hasta cubrir más de 100,000 hectáreas en 2012. Esta expansión está impulsada por la demanda global de caucho y las oportunidades de créditos de carbono, pero a menudo conduce a la deforestación y a conflictos por la tierra.
Contexto histórico y expansión
Introducida en la década de 1940 por el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos, el cultivo de árboles de caucho se extendió rápidamente en Guatemala. Para la década de 1960, las plantaciones abarcaban casi 10,000 hectáreas. Esta área aumentó a 52,000 hectáreas en 2003 y superó las 100,000 hectáreas en 2012, principalmente en los departamentos del sur de Retalhuleu y Suchitepéquez.
![Un árbol de caucho del que sale látex de una incisión perforada. Al fondo, una plantación de árboles de caucho jóvenes se extiende a lo lejos. (Foto: Simon/Pixabay)](https://wellies.top/wp-content/uploads/sites/4/2024/12/wellies-blog_rubber-tree_simon-pixabay.webp)
Impactos ambientales y sociales
El crecimiento de estos monocultivos conlleva riesgos ambientales significativos. Los árboles de caucho requieren luz solar directa, lo que lleva a la tala de bosques existentes, reduciendo la biodiversidad y alterando los ecosistemas. Socialmente, la expansión de las plantaciones a menudo resulta en conflictos por la tierra y el desplazamiento de prácticas agrícolas tradicionales. La concentración de tierras para el cultivo de caucho agrava los problemas de propiedad y acceso a la tierra en un país ya afectado por estos conflictos.
Impulsores económicos y controversias
Las plantaciones de caucho son económicamente atractivas debido a la alta demanda de caucho natural y al potencial de obtener créditos de carbono. Sin embargo, la afirmación de que estas plantaciones actúan como “bosques artificiales” es engañosa. A diferencia de los bosques naturales, las plantaciones de caucho carecen de biodiversidad y no ofrecen los mismos beneficios ecológicos.
Mercado de carbono y controversia climática
Las plantaciones han ingresado al mercado de carbono, vendiendo créditos basados en el carbono que secuestran. Esta práctica ha sido criticada por no abordar las causas profundas del cambio climático y por priorizar las ganancias sobre soluciones ambientales genuinas. En 2010, el Grupo Industrial de Occidente (GAO) de Guatemala realizó la primera venta internacional de créditos de carbono provenientes de plantaciones de caucho, alimentando aún más la expansión.
Conclusión y llamado a prácticas sostenibles
El enfoque continuo en las plantaciones de caucho resalta la necesidad de prácticas agrícolas más justas, tanto ambiental como socialmente, en Guatemala. Enfatizar la diversificación de la economía rural, la agroecología y el uso sostenible de la tierra podría proporcionar beneficios más equilibrados y a largo plazo.
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